Ventilación forzada en recintos cerrados mejora la calidad de vida

El aire es esencial para la existencia de los seres vivos y una buena ventilación en recintos cerrados mejora la calidad de vida.

Las personas necesitamos que el aire que respiramos tenga determinadas condiciones que nos garanticen salud, higiene y confort es por ello que se hace tan necesaria la ventilación, sobre todo en recintos cerrados.
Entendemos como Ventilación a la sustitución de un volumen de aire que consideramos indeseable, por otro de mejores características.
La ventilación puede darse de manera natural o forzada a través de elementos mecánicos como ventiladores y extractores.

Una manera de producir ventilación forzada es utilizando extractores que generan un proceso continuo de circulación de aire. El aire es succionado por los extractores y desplazado hacia el exterior. Este vacío es compensado naturalmente por la entrada de aire fresco en la parte inferior del edificio a través de ventanas, puertas, portones, rejillas de ventilación, etc.
Este proceso permanente de circulación de aire permite mejorar las condiciones de habitabilidad del edificio eliminando no solo el calor excesivo sino también la humedad, los olores, vapores, humos y demás elementos perjudiciales que puedan estar contenidos en el ambiente .
La velocidad de este proceso de circulación está dada por el caudal de aire viciado que es desplazado y reemplazado por aire fresco en un cierto período de tiempo. Así se da lugar al término “cantidad de renovaciones horarias” que no es otra cosa que el número de veces que el volumen de aire contenido en el interior del recinto es reemplazado en una hora.

La cantidad de renovaciones horarias necesarias en un recinto marcan un índice de confort en la habitabilidad del mismo y dependen del uso que se le dé a este.

Anemoi ventilación puede ayudarlo a encontrar los parámetros óptimos para obtener el índice de confort adecuado a sus necesidades.